La Iglesia vuelve a estar muy presente en nuestro sistema educativo, Rajoy tenía una deuda la misma y la ha saldado con creces. Escudado en Wert ha hecho una reforma educativa retrograda, que nos devuelve a un pasado en el que sólo los y las que más tenían podían estudiar.
A su cruzada contra las becas, contra Educación para la Ciudadanía contra la Educación pública, gratuita y de calidad, debemos sumar ahora la cruzada contra la libertad de elección, todos los niños y niñas serán aleccionados en la llamada fe católica, señores y señoras del PP esto si que es adoctrinar y no hablar de homosexualidad en las escuelas.
Se vendieron como moderados, cuando en realidad son los más radicales que podíamos tener en un Gobierno, radicales que anteponen los intereses de una institución que sigue sorteando la crisis sin aportar nada en su salida, antes que educar a los y las estudiantes en la pluralidad y el respeto. ¿Volveremos a ver los crucifijos presidiendo las aulas públicas?
Está claro que tanto el PP como la Iglesia añoran una etapa anterior, una etapa donde el sufrimiento de la gente era diario, donde la Iglesia controlaba el país, donde los reaccionarios de la misma se alzaban al poder, un país en el que los niños y las niñas crecían aleccionados, encaminados a la fe, esa fe que tanto dolor causó.
No podemos basar nuestro sistema educativo en la importancia o no de la religión, en tanto que la religión no es más que una libertad individual, no debemos olvidar que nuestro país es un Estado Laico, a pesar de los múltiples incumplimientos, por tanto ninguna religión puede ser dada de forma obligatoria en la enseñanza pública española.
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