domingo, 25 de noviembre de 2012

Las cosas por su nombre


 Que la violencia de género no es un invento de ahora, y que viene de lejos, es algo que gran parte de la ciudadanía tiene más que claro. Es un tipo de violencia que las mujeres llevamos sufriendo desde tiempos inmemoriales a manos de los hombres (no todos) que nos consideran seres inferiores y meras posesiones que deben controlar, maltratar e incluso asesinar, para así afianzar esa “masculinidad” de la que probablemente no se sienten muy seguros. Y todo porque son incapaces de vernos como iguales. Como lo que realmente somos.

Es cierto que nuestra generación ha crecido en esta falsa burbuja de la igualdad donde parecía que estos roles ya estaban más que superados, pero las cifran hablan por si solas. Más de 40 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o ex parejas en este año 2012. También es cierto que nos encontramos en un momento único en la historia donde por primera vez este problema se ha hecho visible, donde ha dejado de ser un asunto del ámbito doméstico en el que buscar ayuda fuera infligía en las mujeres una sensación de vergüenza. Porque cuando nuestras abuelas y bisabuelas se casaban lo hacían de por vida. Y cuando buscaban esa ayuda se encontraban con el “algo habrás hecho”. Por primera vez contamos con una ley específica que nos protege frente a esta vergonzosa lacra social que es la violencia de género y con unas instituciones públicas que parecían más que conciencias. Y digo parecían porque en en este último año las cosas han empexado a cambiar a peor.

Utilizando la crisis como herramienta para llevar a cabo sus recortes ideológicos, el gobierno del Partido Popular no hace nada más que poner impedimentos a la lucha de las mujeres, y de la sociedad en general, por acabar con este terrible problema. Primero vimos como muchos ayuntamientos gobernados por el PP cerraban las oficinas de atención a mujeres que sufren esta violencia. Luego vimos como la Ministra de sanidad, Ana Mato, se negaba a utilizar el término violencia de genero y nos faltaba al respeto llamándolo “violencia en el entorno familiar”. Y por último nos enteramos que el Ministro Gallardón pretende eliminar el término violencia de género del Código Penal dejándonos claro que las mujeres, sus derechos y su bienestar nunca han sido, ni serán, una prioridad para este gobierno. Ya se que es triste, pero supongo que no nos debería sorprender ya que todas las medidas aprobadas por el gobierno del PP nos perjudican bastante, vease la reforma laboral o la modificación de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo como ejemplos más importantes.

Pero como decía antes, estamos en un momento histórico. Por primera vez somos conscientes del problema y tenemos las herramientas para ponerle fin. Empezando desde la infancia. En el colegio, en el instituto. Para evitar actitudes y roles que, por desgracia, se siguen presentando a edades muy tempranas. Debemos educar en igualdad desde el noviazgo para que los jóvenes entiendan que ellas no son seres inferiores de su propiedad y para que las jóvenes aprendan a identificar esos primeros síntomas de violencia que muy frecuentemente confunden con amor. Pero la erradicación de la violencia de género pasa, primero que nada, por un respaldo claro y unánime por parte de las instituciones. Es por eso que este 25-N estaremos en la calle exigiendo un respaldo que parece que hemos perdido porque a este gobierno hay algo que no le queda claro. Para acabar con un problema lo primero es llamarlo por su nombre.

No hay comentarios: