Hoy muchos y muchas demócratas pueden estar contentos, tenemos una sentencia que condena a un ex-presidente autonómico por corrupción mientras ejercía su cargo, ésta sentencia supone, para todas aquellas personas que creen en la política, el inicio de un camino en el que todas aquellas personas que han intentado lucrarse con fondos públicos pasarán pagarán por lo que han hecho.
Quizás no caiga todo el peso de la justicia sobre todas las personas corruptas, pero ésta sentencia contra Jaume Matas es un ejemplo de que la corrupción no siempre queda impune.
No debemos fijarnos en los colores políticos, aunque la balanza está claramente inclinada hacia el color azul, debemos fijarnos en que la justicia por fin responde a las reclamaciones que le hacia la sociedad, condenar a aquellos que cometen delitos con caudales públicos, la condena a Jaume Matas es un hito para muchas personas, un hito para las y los investigadores que destaparon las malas prácticas de este señor, queda mucho camino por recorrer pero ahora el camino se vislumbra más despejado para la sociedad.
De la justicia depende que la sociedad vuelva a creer en ésta institución y en la política, demostrando que la justicia no es ajena a la realidad en la que vive y que las y los políticos no son personas inmunes a la justicia.
Una cosa si que nos resulta clara, en su momento, Mariano Rajoy decía estas palabras: "Yo quiero un gobierno como el de Jaume Matas", hoy con Jaume Matas condenado y él como presidente del Gobierno, esperemos que se replantee dos veces tener un gobierno que robe a su pueblo.
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